jueves, 24 de mayo de 2012

Fotografía

Toda actividad, adorno o práctica es susceptible de ponerse de moda y el mundo de la fotografía no iba a ser una excepción. 

Hoy en día no es raro (de hecho, empieza a ser escandalosamente frecuente) ver a gente con cámaras bastante caras puestas en la opción de automático. No voy a ser yo quien derribe el mito, pero si no lo digo, exploto: las fotografías las tomas tú y te las facilita el contexto. Puedes tener una cámara de 2000 euros y, no obstante, hacer unas fotos nefastas. También puedes estar en un lugar maravilloso y no saber captar el momento (o no poder hacerlo, porque no siempre se puede capturar en un negativo lo que nuestro ojo observa). Las cámaras réflex no hacen mejores fotos que las demás. Te ofrecen más posibilidades y, si sabes aprovecharlas, tienes más posibilidades de hacer buenas fotos, sí, pero no son objetos mágicos.

Si decides comprar una cámara réflex, te aconsejo que sea porque hay algo que echas de menos en tu compacta. Si decides comprar una, ofrécete a ti mismo unos minutos para averiguar qué son la velocidad de obturación, la apertura de diafragma o la exposición. A partir de ahí sí puedes empezar a jugar y podrás ajustar los valores de la cámara tú mismo, aprovechando los modos program, prioridad a la obturación o prioridad a la apertura.

Por último, unos consejos. No soy ninguna experta, todo lo que sé lo he aprendido enredando o gracias a los consejos de mi padre, pero sí hay algunas conclusiones a las que he llegado y quería compartir aquí:

1) Todo es fotografiable, pero no hace falta fotografiarlo todo. Hay veces que más vale conservar el recuerdo en la mente y disfrutar el momento; no te encuentres a ti mismo mirando las fotos de tu viaje sin saber muy bien dónde has estado. Además, hay veces que, simplemente, la fotografía no puede igualar la imagen que ves.
2) El flash tiene un uso y un alcance limitados. Estoy cansada de ver gente que intenta hacer fotos a la luna (y otros objetos lejanos), o a objetos reflectantes, con flash. Que sea de noche no es requisito para usar flash. A veces, hay que asumir que nos falta luz o herramientas (un trípode siempre es un buen aliado) para tomar una fotografía. ¡Ah! Y de día el flash también puede ser muy útil.
3) El encuadre es fundamental. Cualquiera puede recortar una foto con un programa de retoque, pero meter elementos que no están en la imagen es más complicado. Párate a pensar qué quieres meter en la foto.
4) Ojo con quemar fotos. Puedes aclarar una foto que está muy oscura si sabes cómo, pero si la foto está quemada (con ese color blanco, vacío) no hay forma de recuperar lo que ocupaba su lugar.
5) Juega. Otra cosa difícil de hacer a posteriori es desenfocar o enfocar elementos. Además, jugar con planos más o menos cercanos, o con diferentes iluminaciones puede llevar a resultados muy buenos.
6) Escoge bien el motivo. Cada uno tiene sus preferencias y también puedes ser muy innovador y fotografiar un objeto de una forma que no se haya hecho antes,  pero hay algunos elementos que están más que trillados: flores, animales, paisajes...¡sé original!
7) Fíjate en los detalles. A menudo intentamos captar la imagen global cuando lo más importante o bonito son los fragmentos.
8) Lo cotidiano es bonito. A veces, pensamos que lo que nos rodea no es digno de ser captado por la cámara y esperamos a viajar o hacer excursiones para sacar la cámara a la luz, cuando lo que nos rodea también puede decir muchas cosas.
9) Los horizontes, en horizontal. Cada uno es cada uno, pero para mi gusto, en fotografía hay pocas cosas peores que un mar que se desborda o un campo que parece que vaya a caerse.
10) Sé tú mismo. También hay veces que lo mejor es pasar de reglas y consejos; improvisando, siendo rápido también se obtienen buenos resultados.

Dicho esto, espero que os haya servido de algo este post, aunque cabe decir que "para gustos, los colores" ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario