miércoles, 4 de enero de 2012

La Biblia

Mientras leo La insoportable levedad del ser, la misma idea me asalta una y otra vez.

¿Qué es la Biblia? Esencialmente es un libro lleno de respuestas, una guía para la vida. La racionalidad de sus planteamientos es irrelevante; incluso si los caminos que sugiere son los adecuados o no carece de importancia. Lo único a lo que merece la pena atender es a la razón por la cual tiene como adeptos a millones de hombres y mujeres en todo el mundo. La razón es sencilla: donde la ciencia no ha sido capaz de explicar, la Biblia ilumina el camino. Porque de eso se trata. De tener la situación controlada, de saber a qué atenerse, de poder gestionar incluso lo inesperado, lo inexplicable.

Creo que, en realidad, la Biblia no es tan distinta de muchas otras obras, en especial las científicas. A unas y otras las separa la razón, diréis. Sí. Pero, más allá de eso, no dejan de ser páginas encuadernadas repletas de respuestas. (Algunas de las cuales, por cierto, serán demostradas como erróneas años más tarde).

Por eso creo que no sólo los católicos tienen Biblia. Es mucha más la gente que encuentra alivio en saber que, si enciende la luz, tendrá uno o varios libros que le dirán cómo enfrentarse a sus fantasmas. Es mucha gente la que lee y relee con avidez las páginas de las obras que se le antojan escritas por un ser superior. Puede que tengan que cambiar de Biblia muchas veces pero la Biblia, como concepto, permanece constante.

Y así, la vida pasa y son otros los que nos enseñan cómo caminar y hacia dónde.

Aunque mucho me temo que no soy la más indicada para hablar, porque La insoportable levedad del ser se está convirtiendo en guía narrada...

Quizá la solución radique en convertirnos en los autores de nuestro propio libro sagrado.


9 comentarios:

  1. La diferencia está en que la Biblia es un texto invariable que dice contener la Verdad inmutable aunque sus interpretaciones van cambiando con los años, mientras que la Ciencia ofrece verdades actuales que está dispuesta a corregir (incluso encantada) o cambiar completamente si se demuestra equivocada. Y cuando no tiene ni idea, lo admite humildemente y se propone seguir investigando a ver qué puede averiguar, pero no se inventa las respuestas.

    Puede que la gente acuda y acepte las verdades científicas con más fe que conocimiento, pero la Ciencia no pretende explicar el significado último de las cosas. Se pregunta qué, cómo, cuándo, dónde... pero no por qué o para qué.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo, y en ningún momento pretendí hacer una comparativa más que a un nivel, que es el de "texto al que se recurre cuando no encuentras las respuestas en ti mismo".

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  3. Ya, pero es que me quema un poco el discurso de la "creencia en la Ciencia". Ciencia, como decía aquél, es lo que funciona aunque no creas en ello.

    La Ciencia no pretende gestionar lo "inesperado" ni lo "inexplicable", precisamente porque, al contrario, se dedica a intentar explicar los fenómenos y predecir comportamientos para poder esperar cosas con una certeza razonable.

    El tipo de preguntas a las que puedes encontrar respuesta en los libros de ciencia es ¿de qué están hechas las cosas? Ahora, las grandes preguntas a las que intuyo que te refieres como "fantasmas", no tienen respuesta en la Ciencia porque directamente se la refanfinfla. ¿Existe el bien? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Me quiere? ¿Qué hay para cenar? A mí qué me cuenta, señora, no es que no sea "capaz de explicarlo", es que yo no hago un manual de uso de la vida.

    Así que difícilmente se puede recurrir a las obras científicas para buscar respuestas que no encuentras "en ti mismo", como tampoco las consultaremos para decidir qué cocinamos esta noche. Luego, claro, uno se puede montar sus películas o leer libros que esgrimen argumentos basados en lo que creen que han entendido de Ciencia, pero es otra historia.

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  4. Mis disculpas, caballero, no volveré a publicar idas de hoya fruto de lecturas que tratan de acompañar al insomnio a altas horas de la mañana :P

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  5. Siga publicando idas de olla, por favor, a ver qué iba a yo a criticar si no ;)

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  6. La ciencia implica creer como real en lo que percibimos gracias a nuestros sentidos, métodos, tecnología y conocimientos; lo que hoy "sabemos" que es así, dentro de un tiempo, como Nadie ha escrito, podría cambiar según encontremos defectos en nuestros métodos de observación y experimentación.
    Opino que ambos tenéis razón: La ciencia no es religión ni funciona como esta por las razones que Timoteo ya ha expuesto, sin embargo en algunos casos sí da por sentado aquello que considera que no puede ser de otro modo incluso cuando no se ha podido experimentar; el Gran Colisionador de Hadrones y la búsqueda del bosón de Higgs, por ejemplo, me parece un enorme acto de fe... Pero qué sabré yo aparte de que me encantó el libro de Kundera.
    Un abrazo, Nadie, ¡espero que te esté yendo todo mu bien!

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  7. ¡Ovejombre! Qué placer tenerte por aquí :).
    En realidad estoy bastante de acuerdo con Timoteo. Partimos de la base de que el conocimiento generado por la ciencia puede descubrirse como 'falso' dentro de un tiempo; sin embargo, en el momento en que se enuncia, se puede demostrar como 'verdadero'. Las creencias que enuncia la religión, sin embargo, no son 'verdaderas' bajo ningún concepto, porque no son demostrables (ni demostrablemente falsas ni demostrablemente verdaderas).
    Sin embargo, y aquí mantengo mi posición, creo que ambos - religión y ciencia- funcionan como, digamos, sistema de referencia. Unos explican el mundo a través de la razón, otros a través de la fe. No son comparables, sin embargo, más que a éste nivel. ¿Cómo se explica que haya científicos con creencias religiosas? Porque hay cosas que la ciencia no puede ni pretende abarcar. La Religión se erige como la gran Verdad y la ciencia no aspira a ello.

    La insoportable levedad del ser una obra maestra :)

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  8. No puedo estar de acuerdo con la última parte, Ovejombre. El LHC me parece lo contrario a un acto de fe. La teoría matemática sugiere, sobre el papel, que se produce cierto fenómeno. Pero como la gente no se termina de creer lo que dice el papel (entre otras cosas, porque la existencia de una solución matemáticamente correcta puede no tener correspondencia física; o porque igual se nos ha olvidado llevar uno), monta un experimento para ver si la predicción es cierta. Si sí, estupendo, aunque habrá que cogerlo con pinzas hasta asegurarnos de que el experimento es repetible, etc. Si no, también, porque toca revisar para ver dónde nos equivocamos, y algo hemos aprendido por el camino. ¿En qué parte entra en juego la fe?

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  9. Dicho esto, a mí el conflicto entre Ciencia y Religión sí se me hace más cuesta arriba, precisamente porque la Ciencia ha ido dando respuesta a preguntas que tradicionalmente respondía la Religión —por el sencillo método de escribir cuentos teleológicos—. Y una vez que quitas a los dioses, no ya como causas de fenómenos meteorológicos, enfermedades y demás contingencias, sino de su papel de creadores —del universo en general y del hombre en concreto—, poca autoridad les queda. La Religión va replegándose sobre el terreno puramente espiritual, aunque todavía da coletazos al Mundo Real (TM), como cada vez que la Iglesia opina sobre profilaxis. Puedes decir que Dios hizo el Big-Bang —aunque poco avanzas en la búsqueda de una respuesta última— o que hay un alma inmortal que será juzgada según tus criterios, pero hay que echarle voluntad, desde luego. Aunque seguramente éste sea otro debate ;)

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